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Ubicada en el sur de España, la puerta de entrada a la Costa del Sol concentra en su casco histórico un patrimonio arquitectónico maravilloso. Sus extensas playas y buen ambiente son el mejor antídoto contra el estrés.
Epicentro de museos y cultura andaluza
Empieza tu visita a Málaga tomando fuerzas con su desayuno más popular: churros con chocolate en el mercado de Atarazanas. Otra parada obligada es La Manquita. Así se conoce popularmente a la catedral renacentista de la ciudad porque le falta una torre que no se terminó de construir por falta de financiación. El patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad se concentra en su casco histórico. La Alcazaba es una fortificación de la época musulmana que alberga un precioso complejo de palacios, jardines, fuentes y patios. Recorrer la Calle Larios, la principal avenida comercial de la ciudad, es otro gran plan que no puedes perderte en Málaga. La ciudad natal de Pablo Picasso cuenta con un museo dedicado al artista, en el que se concentran más de 300 obras suyas. Tras un chapuzón en la playa de la Malagueta, cenar pescaíto frito o un espeto de sardinas es una magnífica manera de terminar el día.