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Pintorescas aldeas de pescadores se funden en Tenerife con paisajes de una belleza natural espectacular a los pies del Teide, uno de los volcanes más grandes del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La cumbre más alta de España
La Laguna fue la primera ciudad que se fundó en Tenerife y su bonito casco histórico, de trazado recto y sin murallas, marcó un modelo de ciudad que se exportó a las colonias de América dada su belleza y practicidad. Pasear por el casco histórico de La Laguna, con sus conventos y palacios de arquitectura colonial, es una experiencia que no puedes perderte si vas a viajar a Tenerife en vacaciones. Al igual que pasear por La Orotava, donde las mansiones señoriales, ermitas e iglesias forman un cuadro encantador. Bordeando la costa norte y atravesando extensas plantaciones de plátanos llegamos a los acantilados de Los Gigantes y a la Punta de Teno. Una de las playas más salvajes y bellas de la isla es la playa de Benijo, de arena negra y custodiada por antiguas chimeneas volcánicas.