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La isla más grande de Grecia es tierra de contrastes, mitos y leyendas. Entre sus kilómetros de costa de arena blanca y playas paradisíacas, descubrirás paisajes naturales únicos en el mundo, como la garganta de Samaria, la más larga de Europa.
El paraíso de las antiguas civilizaciones
Creta huele a olivo, a raki y a agua salada. Y su paleta cromática está protagonizada por el azul de sus aguas y de su cielo, en el que suele brillar el sol. En la isla están los restos más importantes de la antigua civilización Minoica. Para descubrirla es imprescindible visitar el palacio de Knossos, Festos y Gortina. La parte occidental de la isla es la más turística y mejor equipada, mientras que en el sur y al este están las playas más tranquilas y pequeños pueblecitos pesqueros donde observar el devenir de la vida cotidiana es algo mágico. En el centro, se alzan grandes montañas como Levká Ori, popularmente conocidas como las montañas blancas.