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No puedes visitar Chengdú sin acercarte a saludar a sus vecinos más ilustres: los osos panda gigantes. También es gigante el Gran Buda de Leishan, de 71 metros de altura, y espectacularmente tallado en la roca de un acantilado.
Las montañas de Buda
Enclavada entre montañas, la tranquilidad que se respira en Chengdú contrasta notablemente con el ajetreo característico del resto de grandes urbes chinas. Perderse en el mágico bosque de bambú del templo de Wuhou, degustar la mejor gastronomía en el barrio tibetano Little Lhasa, visitar el Parque del Pueblo, las 400 estatuas de buda del monasterio Wenshu, o contemplar la espectacular obra de ingeniería de los Diques Dujiangyan, son solo algunas de las actividades que realizar en Chengdú. Todo ello sin perder de vista cómo viven los pandas en su hábitat natural.