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El castillo que le da nombre es el símbolo de esta ciudad del interior de Portugal cuyo origen se remonta ¡a la Edad de Bronce! Los vestigios de esta antigua fortaleza medieval todavía perduran.
Tradición y arte en los bordados
Los Templarios construyeron esta ciudad fortaleza encerrada entre murallas y custodiada por torres de vigilancia durante la Edad Media. Si vas a visitar Castelo Branco no puedes dejar de subir al Mirador de Sao Gens, desde donde podrás disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad. Con elementos barrocos y rococó, su Catedral tiene trazado medieval y es, junto a los vestigios del antiguo castillo, uno de los edificios más visitados de la ciudad. Otro lugar hermoso que ver en Castelo Branco es el antiguo Palacio Episcopal cuyos jardines, con lagos y cascadas, son espectaculares. En el interior del Palacio Episcopal está el Museo Francisco Tavares donde destacan las colchas de lino bordado en diversos colores, la habilidad artesanal más tradicional en la zona.